Una taza de Pasión : Reseña: El encanto del cuervo - María Martínez

lunes, 19 de mayo de 2014

Reseña: El encanto del cuervo - María Martínez



El encanto del cuervo • María Martínez
Idioma: español|auto-conclusivo
B de Blok|978-84-15579-42-7
446 páginas + 2013 + $10.000
Compra: Antártica (Chile) - Booky
A sus diecisiete años, Abby ha experimentado el mayor sufrimiento: su madre ha muerto en un terrible accidente de tráfico al que ella ha sobrevivido. Así, su vida cambia por completo. Acogida por un extraño hombre que dice ser su padre, Abby cree haber encontrado la vida que durante mucho tiempo ha deseado, con amigos, familia y un lugar al que pertenecer. Pero este nuevo mundo quizá no sea tan idílico como ella cree. Hay algo en quienes la rodean que le hace desconfiar, la atormentan, cada vez más, terribles pesadillas, y esa sensación de ser observada amenaza con volverla loca. El peligro está aterradoramente cerca y acecha como la sombra de un cuervo en la oscuridad. Todo parece girar en torno al atractivo e irritante Nathan, un chico enigmático junto al que descubrirá la verdad, conocerá el pasado y hará frente a un destino implacable que viene a cobrarse promesas hechas hace siglos.

El sentimiento más fuerte del mundo, aquel por el que han caído reinos, se han levantado castillos, por el que el mundo gira inexorablemente. El amor. 





Mi relación con El encanto del cuervo ha sido por sobre todo, intensa. Hubo momentos donde el libro me parecía lo más encantador del mundo, otros donde tuve que reunir todo mi auto-control para no terminar tirándolo por la ventana y otros donde simplemente me parecía una historia entretenida. Todo bastante contradictorio, pero sorprendente, porque la historia tuvo el impacto suficiente en mí como para provocarme tantas sensaciones.

Breve introducción: La vida de Abby no ha sido exactamente complicada, pero sí efímera. Ella y su madre sólo se tienen a sí mismas en el mundo y se trasladan de un lugar a otro sin aparente razón, cosa que no  les simplifica las cosas a la hora de relacionarse. Abandonar amistades, romper corazones, no intentar encariñarse, escapar. En eso consiste todo para Abby. Pero el día en que cumple diecisiete años, algo cambiará su vida para siempre y todo lo que ella consideraba su realidad. Pedazos de un pasado que desconoce y la súbita muerte de su madre confabulan para que por fin, Abby encuentre a su padre o a alguien que dice serlo y que de paso, empiece a conocerse a sí misma y a las verdades que oculta. Fin de la breve introducción.

Y quizás Driandra tuviera razón, esta vez no estaba sola, y ocupar la mente con deberes y exámenes podría ayudarla. Si continuaba pensando en todos los porqués relacionados con su madre que la atormentaban, iba a terminar por volverse loca.

Este libro empieza con una apuesta atrayente. Tanto enigma, dudas y secretos logra que el lector se sumerja de lleno en la historia, y a pesar  de que los personajes tienen características típicas, que en más de una ocasión parecen cliché, la autora ha sabido ponerlos de una manera donde eso no afecte la lectura y la haga previsible, aburrida e irritante. 
Chico malo y chica buena. Sé que es algo tan repetitivo en la literatura juvenil que a la mayoría el solo verlo en una historia le hace alejarse rápidamente, pero yo diría que en esta ocasión hay algo distinto. Vale, está el típico amor instantáneo con hormonas revolucionas que no se ve nada creíble y con un chico que en un principio parece mal de la cabeza. Pero en la historia, por lo menos en un principio, esto no es la única cosa que ocupa la mente de la protagonista.

La trágica muerte de su madre, ir a un nuevo instituto, hacer nuevas amistades y encontrarte con que de repente, después de 17 años sin conocerlos, tienes a una familia perfecta (¡que actúa raro!) es más de lo que se pude soportar y que más encima esté ese chico guapísimo a morir que hace todo por hacerte la vida imposible cuando tú apenas has cruzado un par de palabras con él. ¿Raro, no? Así están las cosas para Abby y de eso va la historia al comienzo. De su adaptación a esta nueva vida. Por lo que el chico nuevo no es el centro de sus pensamientos como para volver a la historia, una lectura irritante.
Perooooo, aquí viene uno de mis problemas con el libro. Tantos puntos que se toman a la ligera en el desarrollo de la historia me dejaron con dudas que parecían innecesarias y hay personajes que se nota que están ahí sólo para que la trama entera no sea chico malo y chica buena enamorados. Un triangulo amoroso que me parecía un poco raro, en especial porque cierto chico se enamoró a los dos segundos de tal chica (¡y eso que el amor de ellos no tenía un por qué!), otro chico que también estaba enamorado de la protagonista y que llega cuando no tiene nada que hacer ahí y amistades donde también hay demasiada confianza para el tiempo que se conocen. Chica perra y zorra que se mete con la prota y en fin, muchos otros clichés que no fueron de mi agrado.
—¿Y cómo es posible algo así? ¿Qué hace que eso ocurra?
—¿Tú qué crees? El sentimiento mas fuerte del mundo, aquel por el que han caído reinos, se han levantado castillos, por el que el mundo gira inexorablemente. El amor, el más puro y verdadero amor capaz de vivir más allá de la muerte.

Sin embargo, estos puntos no son nada comparados con lo mucho que amé y disfruté la trama principal. De hecho, como hay tantas cosas en cierto punto dejan de tener importancia para centrarse en lo bueno: el amor entre Abby y Nathan. 
Nathan, que me robó el aliento y que en cierto punto dejó de parecerme el típico chico problemático.  Y Abby… Bueno, Abby me caía bien sin irritarme  y luego con un giro que no fue de todo mi gusto, terminé odiándolos a los dos. Y luego, nuevamente volví a amarlos (más a Nathan, en todo caso).

Después de pasar ese período que me tenía arrancándome el pelo, cuando las verdades comienzan a salir a la luz, no pude despegarme literalmente del libro (antes tampoco podía dejarlo, pero en esos instantes en verdad se volvió una necesidad). Las últimas 100 páginas son sin duda lo mejor de todo la historia. Acción, amor, verdades, reconciliaciones, shocks y todo a un ritmo frenético que me dejaba sin aire. Y el que pasara tan rápido no  fue precipitado, ya que a lo largo de la trama se venían resolviendo ciertos asuntos poco a poco.

El encanto del cuervo, a pesar de que después de haber terminado el libro sigo sin comprender el por qué del título, ha sido una novela intensa, que logró atraparme completamente, que logró que me encariñara con los personajes aunque estos sean típicos y que demuestra que un libro no necesita personajes y tramas súper raras y “originales” para fascinar al lector. Con un encanto único, se vuelve una lectura adictiva que termina con una conclusión potente.

Puntuación: 4.5



Gracias a Ediciones B por el ejemplar.

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