Una taza de Pasión : Reseña: La ladrona de libros - Markus Zusak

lunes, 24 de febrero de 2014

Reseña: La ladrona de libros - Markus Zusak







La ladrona de libros • Markus Zusak 
Lumen |978-956-8856-14-4
Traducción: Laura Martín de Dios
540 páginas + 2005 + $14.000
Compra: Antartica (chile)- Booky
Liesel es una niña alemana que vive en un pequeño pueblo cerca de Münich con sus padres adoptivos. Durante los peores años del nazismo, su pasión por la lectura la ayuda a refugiarse en las historias de los libros que roba de donde puede. Esa vehemencia por leer termina salvándole la vida.
Ladrona de libros es una novela entrañable, una historia hermosa e inolvidable para todas las edades. 

No se había desprendido del libro. Se aferraba con desesperación a las palabras que le habían salvado la vida.



Es tan difícil hablar sobre este libro, tan complicado que espero usar bien las palabras y estar a la altura de ellas. De lo que expresan. ¿Quién no conoce esta maravilla? ¿Quién no ha oído hablar sobre lo desgarrador y rompe corazones que es esta historia? ¿De lo real, intensa, totalmente humana que es? Sé que deben haber un montón de reseñas que hablen de ello, de lo genial que es, de lo bien escrito que está, de como te atrapa y hace que te encariñes inconscientemente, y que juegue contigo. Y yo voy a soltar todas esas mismas líneas seguramente, pero vale la pena dedicarle una pequeña oda a La ladrona de libros. Contradictoriamente, a pesar de toda la publicidad que tiene, yo no sabía de que iba el libro. Sabía que trataba de una niña que amaba la lectura y que se narraba en la época de la segunda guerra mundial, en pleno nazismo, pero no podía dejar de preguntarme cómo la historia de una niña logró llegar al corazón de tantas personas, como las palabras lo lograron.
Y por supuesto que ahora lo comprendo. Este no es un libro que llegue de sopetón (a pesar de que ya en el prólogo algunas lágrimas se me querían escapar por la tristeza que vaticinaba), si no que es una historia lenta, que narra las aventuras de Liesel, de su amigo Rudy, sus problemas, miedos y su valentía. Nada sucede corriendo, si no que esas 500 páginas son pesadas y cargadas, pero llenas de algo que apresa, de historias que pesan sobre los hombros de cualquiera. Por eso me ha encantado a mí. 

—Tal vez no es buena idea, Rudy. El personal de la casa corre por todas partes. Y está oscuro. Seguro que un idiota cómo tú acaba en el suelo después de tropezar con algo.
—Muchas gracias.
—¿Qué aspecto tenía? —preguntó Hans.
Max levantó la cabeza con gran pesar y estupefacción.
—Había estrellas —contestó—. Me quemaron los ojos.

Es tan fácil entender las palabras entre líneas, aquellas totalmente visibles y otras más ocultas. ¡Y sé que estoy divagando! Pero es imposible hablar sobre los detalles del libro, y supongo que es mejor así, ya que no adelanto nada de nada, pero sí digo qué es lo que significa y expresa. Sin embargo, algunos personajes merecen ser mencionados: Rudy, que te rompe el corazón, tal y como lo expresa nuestra narradora (de la cual hablaré más adelante), de Hans, con su alma pacífica y desperdigada por tantos lugares, de Rosa, que a su manera, ama a la gente, de Max, que llega para cambiarlo todo, tanto como al lector y a la historia que lee. Y un montón de otros personajes, es más, todos ellos, hasta aquél que aparece una sola vez, se robó un pedazo de mi corazón. Todos expresan tanto, y como la misma muerte diría: ¡cómo hay que admirarlos!
Y hablando de la muerte ¿Quién es? nadie más ni menos que nuestra narradora. Una gran peculiaridad del libro (que se menciona en todas partes, por lo que no es un secreto).
Yo me olvidaba de que la muerte estaba allí, tomé su lugar y sólo cuando cruelmente adelantaba algún hecho fundamental, la recordaba. Me gustó ese detalle, su forma de pensar y de ver las cosas, como se ponía metafórica. Esa calma que la caracteriza.

Nunca antes el número treinta y tres de Himmelstrasse había guardado tanto silencio, y a nadie se le escapó que el Diccionario de definiciones estaba completamente equivocado, sobre todo en cuanto a palabras relacionadas.
El silencio no era quietud o calma, y desde luego no era paz.

Hay algo que quiero agregar y como he escrito la reseña de una se me ha olvidado. Mientras leía, reía con dulzura por las situaciones que pasaban Liesel y Rudy, pero también, a veces en un mismo párrafo, me venía una tristeza arrebatadora y monumental aunque contemplara escenas felices. Es ese algo en la forma de narrar de la muerte. Cómo se expresa, las acotaciones que hace, hay una nostalgia que me llega al alma y que evoca en mi felicidad y alegría como también tristeza y melancolía en un mismo instante. Tiene todo lo que uno vive en la vida y es por eso que le encuentro toda la razón a quién sea que lo haya dicho para la publicidad, pero es una novela sumamente humana.

¿Tengo algún pero para este libro? No, pero sí una acotación. Mientras leía, las expectativas jugaban un rol importante. No me había dado cuenta de que hasta la página 150 no encontraba algo tan "magnífico", hasta que  alguien mencionó que el libro le resultaba totalmente aburrido y simplón. Y me di cuenta de que a pesar de que me tenía enganchada, no era una necesidad como todo el mundo decía. Claro, hasta que apareció Max. Y empecé a comprender lo que era el libro, todo lo que dije más arriba. Es importante que uno no vaya esperando algo grande y magnífico, porque si lo piensas muchas veces, echas a perder una lectura tan entrañable. Me olvidé de las expectativas y aunque avanzaba lentamente la lectura, lo disfruté totalmente. Lloras, ríes, te entristeces, amas, ansías, esperas y guardas en tu alma esa historia que nada de diferente tiene, sino que de cierta forma, cualquiera ya la conoce sin haberla leído.

Una historia que llega a tu corazón de a poco, pero con intensidad. Que evoca casi (si no es que todos) los sentimientos desgarradores y dulces que se pueden transmitir. Y no hablar del final, que te rompe y aun así te da esperanzas. Hermoso.

Puntuación: 5.0



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